miércoles, mayo 31, 2006

Paisaje nocturno




El océano flota sin horizonte y la luna crepita empotrada en el terciopelo negro.
La música se escapaba desde algun rincon oscuro. Huecos sonidos en sostenida armonía inundan el aire, cortándolo y emanando secretos mensajes sin tiempo, que el mar hará cautivos tragándoselos en su memoria para que las olas ejecuten su eterno concierto a los peces.
La isla se transformo en naufragio.
Me arrastra.
La melodía le habla al espacio que desde su muda condicion le adora absorto y dominante.
Quién tensa las cuerdas con destino inefable?
Flotan las notas socorriéndose unas a otras en cascada de fanfarria.
Explotan las olas, coro acuático y las rocas erguidas aportan su dura percusión.
Se suicida una estrella y su filo rojo rompe el tenso negro.
Resplandece la oscura noche y me ahogo en tu mirada.


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Noche Gotica I



Podria caminar hasta ti
hacerte bajar la mirada
con el filo de mis ojos
apuñalando tu alma
socavando tus entrañas
reptar hasta el tic tac
y apretarlo
hasta la ultima gota
roja
Pero elijo deslizarme
por la brizna
humedecer los vidrios
golpeteando en tu ventana
que por descuido dejaste abierta.
Y en invisible halo
reencarnar en tu respiracion.

viernes, mayo 26, 2006

Paraíso Postergado



Mistica profundidad de tañidos oxidados. Azufre azulado cortando la esencia comulgada. Poder en las palabras de un conjuro desbordado. Hierven los anhelos del embrujo en sus entrañas. Angeles caídos acuden cautivados.
-Oh...No veo a Dios!
-Oh...No veo nada!
-Callad! No hablen con sacrílegas palabras. Es hora que me entreguen sus roídas alas. En perverso acto fueron arrancadas. La luna ha muerto y ahora pálida.Culmina el rito. Estan de espalda. Tapan sus rostros. Otro vil intento de paraíso postergado.

miércoles, mayo 24, 2006

Eros



RAFAEL ARGULLOL
El cazador de instantes
(Fragmento)

Del libro El cazador de instantes, Cuaderno de travesía 1990-1995 / Rafael Argullol (Ediciones Destino, Barcelona 1996)

Me parece acertado pensar que el deseo del otro es búsqueda de uno mismo. Pero también a la inversa es cierto: conocerse no es un ejercicio solipsista sino, más bien, un vuelco hacia una indagación que implica el peligro y la fascinación de lo desconocido. Es, en el sentido etimológico, un ponerse a la ventura, una aventura en la que, corriendo los riesgos del fracaso, quiere ganarse el mundo. Y precisamente es en la realización, y quizá en la culminación de esta aventura, cuando se yuxtaponen el deseo del otro y el conocimiento propio en un mágico sentimiento de unidad: ese exclusivo sentimiento que, al integrar la ilusión de que han desaparecido las escisiones de la vida nos hace participar de una unidad superior y nos sugiere que hemos penetrado en el corazón del enigma.
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De ahí que todos los caminos de eros conduzcan, en última instancia, al camino del amor sensual. En la aventura del amor sensual se concentran, o pueden concentrarse, las otras aventuras de eros: el cuerpo se pone a prueba, se prolonga, se contrasta. El viaje hacia el otro es esa confrontación con lo desconocido que nos sugiere la posibilidad de conocernos. La atracción, la seducción, la sexualidad, las diversas vertientes del amor sensual actúan en esta dirección. Es inútil, creo, tratar de dar definiciones aisladas de estas vertientes pues están sujetas a una continua metamorfosis. Son siempre iguales pero también siempre distintas. Lo decisivo es que aparezca el gran hechizo de eros: la distorsión temporal, la creación de otro tiempo, la germinación del propio mito.
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Eros, por tanto, implica atracción pero, por encima de todo, eros es el gran transfigurador del tiempo. Desde los inicios de la cultura el juego más serio al que se han dedicado los hombres es preguntarse acerca de la naturaleza de lo erótico. Mi respuesta es: su naturaleza es la transfiguración del tiempo humano. Cuando vivimos al margen de su influjo vivimos en el seno de una edad de bronce, sujetos férreamente a la cadena temporal, y en la que todos nuestros actos están abocados a ser materia de olvido. Por el contrario, únicamente bajo su influjo se tejen nuestros momentos áureos, nuestra edad de oro, aquella que nutre la memoria y, consecuentemente, da verdad a la vida.

sábado, mayo 20, 2006

Abismo


caminar por los bordes del abismo y te lanzas como un ave pero la caida es inevitable y ... nunca llega el final..parece que ese tunel no tiene fin dentro de el te espera aun mas emocion.Se sacude tu cuerpo por las paredes rocosas, resbalas en el musgoso piso...y sigues ya llevas la boca un poco abierta te falta el aire y no es posible ver nada! mejor la oscuridad permite agudizar los torpes sentidos y despierta a otros latentes... que montruos se cruza por la grieta negra? Nada temes estas sintiendo ya los gritos en forma espiralada que te abrazan, no permites que nada te detenga... escapas. Ya no importa el donde ir sino estar para seguir el vaiven del no sosten casi baile al compas de latiguillos que sacuden las extremidades languidas y cansadas. No parar te desintegra pensarlo. Invocas el impulso y el espacio se abre para darte paso ya la furia es una cadena de perlas cayendo ese es el sonido y sigues...

jueves, mayo 11, 2006

Soledad

y quien escuchara mi voz
si partiste
y quien me sostendra al caminar
si la luz del camino se desvanece en el horizonte
caigo en el tunel del tiempo sin tiempo
no necesito nada
si no estas
que sueño vendra
y la ilusion falsamente me hablara
pero no creere en nada